El mundo de la joven Elly lo conforman sus cariñosos pero sumamente distraídos padres; su mejor amiga, que huele a patatas fritas y conoce palabras exóticas como «blasfemia»; su tía actriz, que le brinda consejos para destacar en las representaciones escolares, y entre otros personajes variopintos, un conejo que se llama "Dios". Pero en la infancia de Elly, la única constante es su hermano Joe.
Veinte años más tarde, Elly y Joe siguen tan unidos como siempre… hasta que una soleada mañana un suceso inolvidable y aterrador amenaza con destruir para siempre el vínculo que los une.
"Cuando Dios era un conejo" nos transporta, a lo largo de cuatro décadas, desde las afueras de Essex a la costa de Cornualles y las calles de Nueva York. Una novela sobre la infancia, la excentricidad, la fuerza de los lazos familiares, las pérdidas y la vida. Pero, sobre todo, es una novela acerca del amor en todas sus formas.
Contar cómo es Cuando Dios era un conejo creo que es hasta dificil. La protagonista principal y en torno a quien ocurre todo es Elly, una niña que yo califico como muy viva. Desde pequeña aprende que a veces ocurren cosas que no deberían haber ocurrido y que las personas no se portan entre ellas todo lo bien que deberían. En la Navidad en la que Elly tiene cuatro años, sus padres le regalan un conejo, al que llama Dios.
Elly se apoya en Joe, su hermano mayor, que además de compartir con la niña el espíritu vivo, tiene un despertar sexual bastante precoz, y desde el principio queda clara su homosexualidad con una naturalidad increíble, un tema que va a ser bastante constante en la novela. Joe es claramente el protector de su hermana, por la que siente auténtica adoración y la trata como a una igual, no como a una niña casi cinco años menor que es.
Por otro lado, está Jenny Penny, la mejor amiga de Elly. Jenny es una niña muy especial pero desgraciada. Hija de madre soltera que se pasa la vida dando tumbos, saliendo con mil hombres distintos y sin preocuparse en absoluto de su hija, y para colmo es propensa a relacionarse con hombres violentos y al alcohol. Jenny se refugia en su amistad con Elly e intenta formar parte de la familia de su amiga. Cree fervientemente que la Atlántida existe y que ella y Elly lo encontrarán y serán felices para siempre viviendo en ese lugar.
Pero entonces los padres de Elly deciden mudarse a Cornualles, donde compran un caserón en el bosque y lo convierten en una especie de casita rural. Joe, que acaba de pasar por su primera ruptura amorosa, se muestra dispuesto a marcharse, pero Elly se ve ante la situación de decir a su única y desgraciada amiga que se marchan.
Una vez allí, cada uno de los miembros de la familia, con sus traumas, sus problemas, sus miedos y sus alegrías comienzan una nueva vida individual y familiar. Asistimos al proceso de cambio por parte de dos adultos que a su vez son una pareja, y por parte de dos menores, una niña y un adolescente. Entra en juego también Nancy, la tía de los niños, una actriz lesbiana eternamente enamorada de su cuñada y con una estrechísima relación con su familia. De nuevo, somos testigos de una homosexualidad absolutamente natural pero en este caso en una mujer adulta.
Llega na primera Navidad en Cornualles y con ella, la visita de Jenny Penny. La familia recuerda esas fechas como las fiestas más memorables que hayan pasado en Cornualles, precisamente por la ilusión de la visitante. Pero después se acaba la magia, el novio de su madre va a recogerla y todo vuelve a la realidad. Un año después, Elly telefonea a Jenny para felicitarle la Navidad, pero esta le susurra que no puede hablar, que su madre y ella deben huir y que cuando se instale, se pondrá en contacto.
Pero ese contacto nunca llegó.
A partir de aquí llegan personajes secundarios que se unen a la familia formando parte de ella y del libro, personas sin las cuales la novela sería igual de valida pero que sin duda, embellecen mucho la historia y se convierten en un soporte y un soplo de aire fresco.

Soy consciente de que tal y como estoy contando el libro, parece que no pasa nada. ¿Y cómo explicarme? Es la historia de una niña y su gente en la que se habla de forma tan maravillosa del día a día y los problemas que van surgiendo, que da la impresión de que no hay una sinopsis clara y sin embargo, hay un millón de sucesos.
Asistimos a la transformación de los cuatro miembros de la familia, dejando a los padres en un segundo plano, pero presentes. Al paso de la infancia a la edad adulta tanto de Elly como de Joe, vemos como sus traumas o impactos en la infancia luego forman obstaculos en su etapa adulta.
Se tocan temas como el abuso, la inocencia, la sexualidad, los miedos, las ilusiones, la esperanza, la vida que a veces dejamos atrás para comenzar una nueva, la infancia, la adolescencia, la madurez, la vejez, los recuerdos, del retorno, del amor en todos sus conceptos, de la amistad, el perdón, de la desgracia que a veces impacta de lleno sobre una familia y de la superación de la misma.
Realmente esta reseña me resulta pobre y confusa, ¿pero con qué palabras explico un libro que he leído y me ha encantado sin haber leído siquiera la sinopsis hasta ahora mismo? ¿Cómo explico que un libro de 384 páginas habla sencillamente de la vida?
Respecto al ritmo de la narración, es igual que su historia: sencillo, cercano, ágil. Narrado en primera persona por Elly, con frases y párrafos preciosos, sus líneas me han parecido casi poéticas. La primera mitad del libro se lee del tirón. Al principio de la segunda mitad, me sentí confusa y un poco perdida, no entendía por dónde iban los tiros, pero al final se aclara. Por cómo está escrito, se deja mucho lugar a la imaginación del lector, dando pie a que cada uno saque sus propias conclusiones.
Sencillamente magnífico.
CUANDO DIOS ERA UN CONEJO
-Sarah Winman-
Ediciones B, año 2011
PVP. 16,00€
"-¿Crees que un conejo podría ser Dios? -le pregunté a Arthur distraidamente.
-No existe absolutamente ninguna razón por la que un conejo no pueda ser Dios."