martes, 23 de agosto de 2011

SIGNATURA 400

Lo primero, y aunque me repita: Muchas gracias a Mister X por su regalo :)

Cuando me empeciné en que quería este libro, no se me ocurrió mirar cuántas páginas tenía, y al llegarme comprobé que es muy finito: 106 páginas.

Signatura 400 es una novela sobre los libros, las bibliotecas, sus historias y un poco sobre la bibliotecaria, una mujer que si no entiendo mal, está entre los cincuenta y sesenta años (más cerca de la sesentena, diría yo).

Un hombre se queda encerrado en la sección de geografía de una biblioteca, y por la mañana, la bibliotecaria lo encuentra. En lugar de dejarle marchar, la mujer comienza un monólogo en el que no deja participar al hombre, le ofrece café y le hace quedarse "para ayudarle a colocar unos libros antes de que se abra la biblioteca", pero en realidad la mujer busca desesperadamente alguien que le escuche. 

Soltera y sin fe en el amor después de que un hombre le partiera el corazón, bibliotecaria de rebote porque no consiguió aprobar las oposiciones de magisterio, solitaria, un tanto arisca y con ideas muy particulares sobre el mundo, la bibliotecaria (de la que nunca se dice el nombre) le cuenta al hombre un montón de curiosidades que para ella son el pan de cada día. 

La ventaja del libro es que se aprenden esas curiosidades de forma casi subliminal, se da un repaso express a la historia de Francia y recibimos un toque de conciencia de lo descarados y maleducados que llegamos a ser en sitios públicos (en este caso, la biblioteca, aunque yo personalmente le doy la razón y lo llevo mucho más allá) y de la soledad que se puede llegar a experimentar y cómo se puede paliar el dolor con los libros.

La desventaja que le encuentro es que el monólogo llega a ser un poco agotador. La mujer no para ni a respirar, habla sin parar, saltando ordenadamente de un tema a otro pero sin dar ninguna posibilidad al diálogo. Eso en sí no es un problema general, sino para mi, que me gustan las conversaciones y la variedad de ideas y opiniones, y en este caso no solo no ocurre, sino que la bibliotecaria es una mujer impositiva que no da opción a réplica. Hay momentos en los que uno llega a sentir ternura por ella, aunque creo que lo que más inspira es lastima.

Para terminar, hay una cosa que no me ha gustado: tachan cierto tipo de literatura como basura, diciendo que los autores que valen y deberían ser leídos son los clásicos, como Sartre, Beauvoir o Duras, por ejemplo. Considera la bibliotecaria (o la autora también) que los best-seller son una basura creada a modo de éxito rápido, y que no solo no aportan nada sino que casi envilecen al lector. 

Me parece algo muy poco afortunado viniendo de un libro, especialmente de un libro que trata de libros, y teniendo en cuenta que Signatura 400 no va a ser una novela que pase a la historia de los clásicos ni mucho menos. Me ha resultado como poco, irónico.

Aun así me ha gustado la parte humana de la bibliotecaria, como expone su día a día, sus miedos y su forma de relacionarse con los demás. Sumándole la cantidad de datos, a mi juicio interesantisimos, que ofrece sobre los libros y las bibliotecas, recomiendo el libro a todos los amantes no solo de la lectura, sino de los libros y de todo lo que compone su mundo.



SIGNATURA 400
-Sophie Divry-
Blackie Books, año 2011
PVP. 17€

5 comentarios:

  1. Vamos, que el Mister X ése (menudo borde-txungo por cierto) te regaló un MdL: cortito, formato-no-te-termina-de-convencer y además snobismo-mirada-por-encima-del-hombro*.

    pues vaya...

    * lo de literatura basura puede ser porque los franceses son unos snobs, qué le vamos a hacer, una traducción desafortunada jugando con fast-food / fast-book = comida basura / libro basura en vez de comida rápida / libro rápido. eso sí, los gusto son como los culos: cada uno tenemos uno pero algunos apestan más que otros.

    ResponderEliminar
  2. No, no es un MdL, pero la autora es bastante hitleriana con sus ideas... Porque yo lo digo y punto! Pues no quiero ni pensar que hara cuando conozca señoras lectoras de novela rosa, igual las manda a la cámara de gas...

    ResponderEliminar
  3. Entonces es muy tú, porque tú también porque lo dices y punto! Hemos encontrado tu equivalente francesita!
    Supongo que no considera la novela rosa literatura o libros, simplemente otro tipo de papel higiénico.

    ResponderEliminar
  4. como dice Estela Reynolds, ya has destapado la caja de la mierda! yo no digo eso!! yo digo que un libro me gusta o no me gusta, pero no les digo a los demas si tienen que usar el libro para quitarse los mocos o calzar el sofa! bueno a ti si, pero nada mas!

    ResponderEliminar
  5. ¡pues claro que hablo de ti conmigo, como trates a los demás es cosa vuestra! y... ¿quién dice que me limito solo a los libros? que a ti te gusta más mandarme y decir la última palabra (porque si no me calzas una leche, me tiras una zapatilla o cualquier otra agresión activa-ultractiva) que a un tonto un lápiz.

    y lo que me encanta!

    ResponderEliminar

Whoever you are, now I place my hand upon you, that you be my poem...

(Walt Whitman, 1855)