lunes, 23 de julio de 2012

MEMORIAS DE UN AMIGO IMAGINARIO

Hace días publiqué un fragmento de esta novela, y entre los comentarios hay uno de Pakiko diciendo que le da la impresión de que este libro debe ser muy bonito. Y precisamente, es una de las dos palabras que se me vienen a la cabeza a la hora de tener que describir el libro.

La otra palabra que describe Memorias de un amigo imaginario es una de mis favoritas: ternura. Porque este libro derrocha belleza y ternura a partes iguales, y si sólo con uno de esos dos ingredientes, una novela ya me tiene ganada, con los dos juntos ni digamos: Mafalditas por un tubo.

Por un lado tenemos a Max, que es un niño especial, y aunque en ningún momento se aclara el nombre de lo que le hace ser distinto, el lector puede hacerse una idea. Budo apareció en la vida de Max desde que el pequeño tuvo uso de razón, a partir de partir de la imaginación y necesidad del pequeño, que no tiene amigos y sufre verdaderas dificultades para relacionarse con la gente.

"Creo que su padre se equivoca con eso del desarrollo tardío. Yo paso casi todo el día con Max y no lo veo diferente a los demás niños de su clase. Max vive hacia adentro y los demás hacia afuera. Max no tiene vida hacia afuera. Es toda hacia adentro."

Así explica Budo la mayor particularidad de Max de cara a los demás. Porque en casa, en su propio mundo, con sus legos y sus soldaditos, sus mapas y sus libros, Max es un niño inteligente con el que muchos se sorprenderían. Pero los padres de Max, ante la dureza y el desconocimiento de lo que le hace al niño ser como es, y que además apenas se deja tocar por nadie y mucho menos besar o abrazar, buscan ayuda profesional para ver si de alguna manera, Max sale de su ensimismamiento y puede ser "como los demás niños".

Por otro lado tenemos a Budo. Al ser imaginario, no queda clara su edad, aunque se sobreentiende que tiene el aspecto de un niño de la edad de Max, pero con la sabiduría de uno más mayor y la capacidad de reacción y comprensión de un adulto. Las capacidades y los dones de los amigos imaginarios nacen a partir de cómo los niños les imaginan, y para suerte de Budo, Max lo imaginó sin necesidad de dormir y con la capacidad de traspasar puertas; por lo que Budo aprovecha estos dones para ver el mundo cuando su amigo duerme. 

"Es muy extraño ser un amigo imaginario. No te asfixias ni enfermas, ni te rompes la cabeza de una caída y tampoco pillas neumonías. Lo único que puede matarte es que una persona no crea en ti. Y eso es más frecuente que todas las asfixias, caídas y neumonías juntas."

Y así, cuando la vida de Max se mantenía en su línea con algún percance en el colegio y la novedad de la ayuda profesional en la que se empeñan sus padres, ocurre algo que pone al niño en peligro y solo Budo sabe como solucionarlo. Pero hay un problema: a Budo solo puede verle y oirle Max, que es precisamente el que está en peligro...

Memorias de un amigo imaginario es uno de los mejores libros que he leído este año. Me ha gustado no solo por el derroche de belleza y ternura, sino por la variedad de temas que se tocan. 

Aunque el libro gire en torno a la particularidad de Max y su mundo, no se ahonda en ello, ya que cuando comienza la acción, no hay tiempo ni espacio para más. Y creo que está bien así, porque Max va a ser como es toda su vida, y entonces el libro hubiese exigido otra temática. Aun así, la forma en la que se aborda el tema, es sencilla, ligera, y el lector no puede sino sentir ganas de sentarse con Max para verle jugar con sus soldaditos.

Otro tema que me ha gustado muchísimo es el debate interno de Budo. Al ser un amigo imaginario, vive siempre y cuando Max crea y piense en él. A pesar de querer a su amigo con toda su alma, en el momento en el que está en peligro, Budo tiene un debate interno que no le deja vivir: ¿quiere salvar a Max para salvarle por amor o para salvarse a si mismo? Budo se debate constantemente con la muerte. No deja de tener miedo y preguntarse qué habrá después y si dolerá, un miedo perfectamente real que aplicado a un niño es menos agresivo a la hora de leer y da pie a muchas reflexiones conscientes e inconscientes.

También se toca constantemente el tema de la amistad y el cariño. La de Budo con Max, con los otros amigos imaginarios, con personas que él conoce pero esas personas no le conocen a él, el amor que siente por los padres de Max y su tutora, y de otra gente que desaparece y llega a lo largo de la novela. En definitiva, esas personas que queremos y se marchan, que queremos y se quedan, que aprendemos a querer y que llegan en el momento menos esperado para que las queramos. 

Con lecciones muy valiosas contadas desde las metáforas más bonitas, y unos paralelismos que ponen en jaque nuestros miedos y pasiones cotidianas, Matthew Dicks ha escrito una joya que no dejo de maravillarme por tener en mi estantería.

Muchas gracias una vez más a Bloguzz, por darme la oportunidad de conocer a Max y Budo y de conservarlos conmigo en mi estantería.


MEMORIAS DE UN AMIGO IMAGINARIO
-Matthew Dicks-
Nube de Tinta, año 2012
PVP. 16,95€



·Web oficial de Matthew Dicks.

jueves, 19 de julio de 2012

Fragmento: Memorias de un amigo imaginario

Al padre de Max le gusta ir diciendo por ahí que todas las noches juega a la pelota en el jardín con su hijo, que es justo lo que están haciendo los dos ahora mismo. Le cuenta a todo el mundo lo bien que Max coge la pelota, y a veces insiste mucho en ello, aunque generalmente lo hace cuando la madre de Max no está delante. A veces, si sabe que su mujer puede volver en cualquier momento, lo suelta nada más salir ella de la habitación.

Pero la verdad es que jugar, jugar, no juegan. Su padre le lanza la pelota, y Max la deja caer e irse rodando, y cuando la pelota se para, la coge e intenta lanzársela de buelta. Sólo que el padre de Max siempre está demasiado lejos y él siempre se queda demasiado corto, por mucho que su padre lo anime diciendo: <<¡Date impulso!>>, o <<¡Lánzala con todo el cuerpo!>>, o <<¡A por todas, hijo!>>.
Siempre que juegan a tirarse la pelota, el padre de Max lo llama <<hijo>> en lugar de Max.

Pero aunque Max se diera <<impulso>>, o fuera <<a por todas>> (yo no sé que significan ninguna de las dos cosas, y me parece que Max tampoco), a su padre nunca le llega la pelota.
Pero digo yo, si quiere que le llegue, ¿por qué no se acerca un poco más?


MEMORIAS DE UN AMIGO IMAGINARIO
-Matthew Dicks-

lunes, 16 de julio de 2012

Tiempo, adquisiciones y Nube de tinta

No tengo tiempo, primera novedad. De pronto la rutina me ha cambiado y aun estoy adaptándome al nuevo horario, que por cierto, me está costando un poco. Me encuentro por segunda vez desde que tengo el blog en una etapa de no poder. Estoy como el conejo blanco de Alicia, pensando todo el día "no hay tiempo, no hay tiempo". Apenas tengo tiempo de actualizar, de reseñar todo lo que leo y lo que más echo de menos: de pasarme por vuestros blogs y comentar, debatir, despotricar sobre Anastasia y las santas cincuenta sombras, desear suerte en los mil sorteos, participar en ellos... Leeros. A veces, cuando a mi móvil le da la gana, consigo entrar en algunos blogs y leeros así; otras saco un rato antes de que se me estampe la cara contra el teclado de puro sueño. Así que, aunque os comente poco, y no sea como siempre, os sigo desde las sombras.

La segunda novedad (o novedades) son por supuesto libros que han ido llegando. El primero y al que me pasé un rato abrazando como a un hijo, fue el que gané en el sorteo de Emma y que tanto quería: La librería de las nuevas oportunidades. El segundo y el tercero llevaba tiempo pensando leerlos, y llegaron a mi Kindle como caídos del cielo. Primero llegó De acero, de Silvia Avallone. Tengo la reseña pendiente, pero adelanto que es de cuatro o cinco Mafalditas, así que si alguien está pensado leerlo, os lo recomiendo de cabeza. El otro es La niña de nieve, de Eowyn Ivey. También me ha gustado, pero no tanto como el anterior... (y sí, también está la reseña sin hacer ¬¬)

Y por último, otros dos que quería leer a toda costa y llegaron a la vez. Uno lo tenía reservado en la biblioteca desde hacía un mes y cuando creía que nunca iban a devolverlo, me llamaron para que fuese a por él: El lenguaje de las flores (Vanessa Diffenbaugh), que estoy leyendo ahora.

24 horas después de la bibliollamada, llegó el segundo, una de las famosas novedades de Nube de tinta: Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks. Este libro lo "gané" de nuevo gracias a una promoción de Bloguzz, para mi sorpresa. Creía que no iba a llegar nunca, pero en este caso por cierto desmadre logístico (¡¡gracias Elisa, sin ti este merengue no hubiese sido el mismo... Saluda a la familia y al perro!! xD)


Por si alguien aun no conoce Nube de tinta, se trata de el nuevo sello de la editorial Random House Mondadori. La propia editorial lo califica como "un sello de todos y para todos, que harán suyo tanto el adolescente de catorce años como la mujer de cuarenta porque escogeremos voces tiernas, originales, evocadoras, inocentes; personajes que nos hagan pensar y reflexionar, que nos dejen huella, vivan retos, se comprometan, defiendan valores o bien sean ejemplos de superación, coraje y esfuerzo."

Suena bien ¿no? Así que estoy con la sonrisa permamente, y en cuanto acabe con El lenguaje de las flores, me pongo con Memorias de un amigo imaginario...

¡¡Un beso gigante!!


Me llamo Budo.

Hace cinco años que estoy en el mundo.
Cinco años es mucho tiempo para alguien como yo.
Fue Max quien me puso ese nombre.
Max es el único ser humano que puede verme.
Los padres de Max dicen que soy un «amigo imaginario».







viernes, 13 de julio de 2012

...y otro.

A mi con Lourdes me pasa que no puedo decir que no. Así, sin más. Y no es que me haya obligado, qué va, pero yo ando faltísima de tiempo, y ella me recuerda ESE libro que está en danza, ¿y que voy a hacer yo? Pues lo de siempre, apuntarme.

Nunca volveremos a ser las mismas, de Brenda H. Lewis. ¿Y cómo? Pues si os dais un paseo por las bases, ahí está todo detallado... ¡Tenéis plazo hasta el día 22!


L, thank you! <3



jueves, 12 de julio de 2012

UNA AMISTAD IMPROBABLE

Intouchables. Intocables. ¿Os suena?



La película tuvo muy buena crítica y el libro gustó mucho. Yo no le presté especial atención hasta que leí la reseña de Rebeca de Winter. El título del libro es el mismo: Intocables, y el autor en este caso es Philippe Pozzo di Borgo, el tetrapléjico.

Conseguí el libro y lo tenía pendiente en el Kindle, pero en la biblioteca me encontré con Una amistad improbable: la misma historia, contada por Abdel, el auxiliar de Pozzo, como se denomina en el libro.

Al no haber leído la novela de Pozzo ni haber visto la película, no puedo comparar ni comprobar las similitudes entre las dos versiones. 

Abdel, de orígen argelí, es "cedido" por sus padres a sus tios, por lo que se traslada con ellos a vivir a París. Pero allí la vida tampoco es fácil para los inmigrantes y los árabes del barrio, que se juntan entre ellos, no llevan una vida precisamente ejemplar. Así, entre delincuencia, expulsiones y una vida torcida, Abdel cumple la mayoría de edad y se encuentra con que no tiene ilusiones, objetivos ni metas en su vida. Sólo conoce el camino fácil del robo y el trapicheo, y después de una temporada a la sombra, de forma totalmente casual, se encuentra presentando su currículum en casa de Philippe.

Abdel no tenía ninguna intención de quedarse con Philippe más de un día. O dos. O tres. O los que fueran...

Diez años después, cuando ya han sido mundialmente conocidos gracias a la película y el libro escrito en primera persona por el propio Philippe Pozzo, Abdel, siempre huidizo, escondido y desconocido, plasma entre páginas su propia versión de la historia: cómo Philippe llegó para cambiarle la vida.

"Llamé a la puerta de Philippe Pozzo di Borgo para pedirle una firma. Era 1994, y él aún no se había convertido en el héroe tetrapléjico más famoso de la historia del cine. Quería su firma para poder cobrar el paro. Él prefirió darme trabajo. Peor para mí. No. Mejor para mí. Yo tenía veintitantos años, acababa de salir de prisión, no sabia qué hacer con mi vida y sólo pensaba en divertirme, Philippe estaba desesperado, no tenía nada que perder. Juntos tentamos al diablo. Philippe me abrió los ojos a un mundo que yo creía detestar, el mundo de quienes lo tienen todo. Y yo lo invité a conocer mi mundo, el de quienes no tienen nada [...] Estábamos destinados a no entendernos. Pero acabamos siendo íntimos amigos."

El lector se imagina desde un principio que habrá mutuas enseñanzas entre los dos hombres. Uno, humildad; el otro sencillez. Uno coraje, el otro ímpetu. Uno incapacidad física, el otro incapacidad mental... Un te doy, me das; te enseño, me enseñas; yo por ti, tu por mi, que poco a poco hace que cada uno sea imprescindible en la vida del otro.

Tal vez suena a topicazo. Tal vez parezca un clásico: joven inmigrante descarriado es salvado por un aristócrata que confía en él desde el minuto cero. Abdel, por su propio interés y en búsqueda de su propio beneficio, ayuda y cuida a Philippe. Siempre repitiéndose el mantra: él no es una hermana de la caridad, sólo mira por si mismo. Philippe no le importa... Hasta que un día, como él mismo dice, "todos tenemos entrañas" y se da cuenta de que nada le retiene junto a Pozzo: si está con él, es porque quiere.

Pero este libro es diferente. La falta de vergueza de Abdel resulta tan ácida como enternecedora. En ningún momento cae en el arrepentimiento o el pudor por la vida que ha llevado, no se excusa ni justifica nunca: sencillamente, cuenta. Cuenta las cosas como fueron y como él las vivió, su vida, sus experiencias y por último, la llegada de Philippe. Con una admiración y un amor hacia él que no se lee pero se palpa en todas las páginas, asistimos a la historia de un hombre consecuente con sus actos y su vida, y con un gran sentido común.

Es un libro que se lee a una velocidad tremenda, tanto por el lenguaje sencillo y ágil como por la sencillez de Abdel, que cuenta todo con una naturlidad que provoca enganche desde la primera página. Me hubiese gustado que entrase más en su vida personal y la de Pozzo por separado, pero teniendo en cuenta que Abdel siempre ha sido extremadamente reservado, ya es una maravilla haber leído su versión.


UNA AMISTAD IMPROBABLE
-Abdel Sellou-
Editorial Salamandra, año 2012
PVP. 15,00€





viernes, 6 de julio de 2012

De árboles va la cosa

Cuando era niña, me regalaron una semilla de árbol, pero a falta de terrenos, cabezona que es una, lo planté en un tiesto. Esa frase ordinaria de "que no me entere yo de que ese culito pasa hambre" la apliqué al arbolito de marras y me pasaba el día regando el tiesto. Conclusión: el naufragio del Titanic fue una chorrada en comparación con lo que pasó la pobre semilla.

No fue especialmente traumático, porque cuando no tenía una planta, tenía un animalito, pero se ve que eso se me quedó grabado, porque cuando Carmen habló de la iniciativa ecológica de Geniale.es, me faltó tiempo para saber cómo podía tener mi santo árbol.

No me han hecho firmar un contrato en el que me prohíben regarlo cada media hora, más que nada porque no me voy a tener que ocupar yo de eso. ¡Pero me ilusiona igualmente! A partir de ahora, yo me uno a la iniciativa "un blog = un árbol".

Geniale.es, a través de la distribución de catálogos en formato electrónico, promueve una filosofía verde enfocada a disminuir el uso y desperdicio de papel para fines comerciales. Los catálogos más  importantes y conocidos están disponibles ahora también online, como por ejemplo, mi favorito, de EurekaKids: http://www.geniale.es/folleto/eureka-kids

¡Si os animáis y queréis un blog un poquito más verde, en el arbolito os dejo las instrucciones del uso!


http://www.geniale.es/co2neutral/planta-un-arbol


martes, 3 de julio de 2012

TE DEJO ES JÓDETE AL REVÉS

"Vida y milagros de una cajera que no da crédito"

La cajera no dará crédito, ¡pero yo menos! Cuando vi el libro anunciado, no le hice mucho casó. Pensé que era otro más del tirón que hubo en su día sobre monólogos de enfermeras, médicos, peluqueros, camareros y todas las profesiones habidas y por haber. Y ojo, que me hacen mucha gracia, pero he leído varios y no me apetecía más de lo mismo...

Y luego cayó en mi estantería electrónica y me encontré con que me apetecía llenar hueco entre libro y libro, porque acabé Cincuenta sombras de Grey y quería ir a la biblioteca, así que me decidí por algo de humor. Y sin duda, es lo mejor que pude hacer, porque lo acabé anoche y aun me dura el buen rollo en el cuerpo.

Puri es cajera en un supermercado, donde ha tenido que ver y oír de todo. Las aventuras cotidianas de su trabajo no son nada excepcional si no fuera por ese inmenso humor irónico que tiene, con una gracia natural que me ha hecho reír mil veces en lo que ha durado la lectura. Personajes curiososo, jefes maniáticos, compañeras de todos los colores, clientes psicópatas, robos, pérdidas, hallazgos, fakes... No hay nada que se le resista. Hasta de la anécdota más triste o patética sabe como sacar partido, cosa que me ha encantado.

Creía que el libro se iba a centrar en el trabajo de Puri, pero no. El trabajo es solo una anécdota más, un punto fuerte y llamativo para el libro que realmente se centra en una etapa de su vida, que lo que tiene de especial es precisamente que no es nada especial.

La protagonista no es una superwoman ni una mujer fatal. Su marido le pone los cuernos y el tema acaba en divorcio, así que después de mucho tiempo se encuentra sola y teniendo que volver a empezar. Hasta aquí un clásico. Pero lo que tiene este libro es el golpe directo de realidad y ternura, porque Puri llora, grita, berrea, come como una lima cuando tiene ansiedad, queda con sus amigas, se levanta todos los días mejor o peor para ir a trabajar, ríe, canta, se muda y se supera. 

Día a día la protagonista se construye una nueva vida para sí misma y los que tengan cabida, su gente y su familia. Saca fuerzas de donde no las tiene, sin perder el humor y sin negar el dolor. Su vida podría ser la de cualquiera de nosotros después de una ruptura, después de un mal día en el trabajo, después de una noche loca de borrachera o después de ir a ver a nuestros abuelos.

Es un libro que se lee a una velocidad de vértigo, tanto por la forma en la que está narrado (en primera persona por Puri) como por el tremendo enganche que tiene. Además el lenguaje es tremendamente cercano, parece más a una conversación entre amigos que una novela, y transmite una sensación de buen rollo increíble, por no hablar de la sonrisa permanente y las risas aseguradas...

No es ni mucho menos una novela de amor ni desamor: es superación pura y dura. Y con lo que a mi me ha parecido un mensaje clarísimo: en la vida, todo es cuestión de actitud.

La única pega que le veo es que es un libro muy finito (200 páginas) y se me ha acabado en un abrir y cerrar de ojos, ¡¡más capítulos, por favor!! Pero independientemente de eso, el final está muy bien elegido, es original y bonito, en conjunto con el resto de la novela. 

¡Señorita Puri, muchas gracias por esa cantidad de sonrisas!


TE DEJO ES JÓDETE AL REVÉS
-Señorita Puri-
Editorial Espasa, año 2012
PVP. 16,90€






domingo, 1 de julio de 2012

CINCUENTA SOMBRAS DE GREY

Vaya por delante: este libro no me llamaba la atención. Y no sólo eso, sino que empezaba a estar un poco harta de encontrármelo hasta en la sopa. Pero entonces, mi amiga Pilar hizo un comentario entusiasta acerca del libro que me dejó descolocada:

<<"Cincuenta Sombras de Grey" de E.L.James. Es esa novela que apenas he tardado dos días en leerme. Te engancha desde la primera página, te seduce hasta la última, te sorprende de principio a fin y te deja con ganas de MÁS.>>

Y ahi dije: venga, lo leo. Que sí, que seguro que está muy bienA buenas horas... Lo leí hace unos días y me gustó tan poco que me da hasta pereza hacer la reseña.

A ver, por partes. Aquí entran en juego las clásicas expectativas. En mi cabeza bailaban la conga las palabras "erotismo", "sado", "escándalo", "XXX" y otras del estilo. Esperaba encontrarme la obra maestra de la novela erótica de los últimos años, la novedad, el bombazo... El bacatazo. 

¿¿¿Pero esto qué es???

Hace poco, en una reseña (lo siento, no recuerdo quién era el blogger... ¡¡si estás por aquí, reclama copyright!!) lo compararon con Crepúsculo. Y es, con mucho, la mejor comparativa que se me ocurre, porque me he llevado una decepción terrible y es cierto que se dan un aire tremendo.

Creo que a estas alturas todos conocemos el argumento de Cincuenta sombras de Grey. Chica jovencita e inocente conoce chico algo más mayor, trajeadísimo y como dice Homer Simpson, muchimillonario. Se lían y resulta que el muchimillonario tiene curiosas costumbres, como hacer uso del látigo y de los grilletes... 

En primer lugar, en esa novela no hay sado. Lo más heavy son unos azotes controlados y con opción de parar, un lujo, vamos. Por parte de Grey, el amo, no hay tanta dominación física como yo esperaba encontrar, y por parte de Anastasia, la sumisa, no hay apenas sumisión. Todo eso, dominación y sumisión, es llevada al ámbito emocional, que es la parte que bajo mi punto de vista, más fuerza tiene en la historia.

Y es que me he sentido como si estuviese leyendo una novela adolescente, un Crepúsculo subido de tono. Anastasia, la protagonista y narradora de la historia es una chica de 21 años, la clásica joven virginal e inocente que conoce a Grey a través de una entrevista para una revista de la universidad. Casualmente está a dos semanas de terminar la carrera, y el hecho de que Grey vaya a entregar los títulos, es entre otros, un motivo de nuevo encuentro. [A todo esto, ¿con 21 años ha terminado periodismo?]

Por otro lado, tenemos a Christian Grey, un chico de 27 años que ya ha conquistado la cima de los negocios, tiene dinero a espuertas y es un egolatra y obseso del control. Prácticamente incapacitado para querer, se engancha a Anastasia de forma que entre ellos nace una relación aparentemente destinada al fracaso.

La novela está llena de diálogo. Sí, soy una defensora del diálogo y la comunicación, me encantan los libros donde la gente habla, pero esto es exagerado. Me resultó realmente curioso que en una novela en la que el tema central es la relación sexual de dos personas, estas se pasen la novela hablando. Y lo peor es que las más de 500 páginas son monotemáticas, al más puro estilo adolescente, venga a darle vueltas a lo mismo: "no me quieres / yo no se querer / pero yo quiero que me quieras / pero yo no te quiero como quieres que te quiera / pues entonces no juego / pero yo quiero que juegues / pues yo quiero que me quieras / pero yo no te puedo querer como quieres que te quiera..." ¡¡Pero callaos ya, cansinos!!

He acabado hasta las narices de dos frases que se repiten como mil veces: "Me ruboricé" y "Anastasia, no te muerdas el labio". Vamos, que la chica, además de tener una actitud sosa y adolescente que aburre, se pasa el día roja y con el labio entre los dientes. El único punto interesante lo pone el propio Grey por el misterio que supone la historia de su vida, que se resiste totalmente a contar. A veces deja caer pistas dando a entender que tuvo una infancia traumática, pero no es suficiente para una idea concreta, y es lo que más me hubiese gustado.

La narración es ágil, coincido totalmente con todos aquellos que dicen que se lee del tirón. El lenguaje es sencillo, cercano, muy parecido a Crepúsculo... Ya sé que me repito, pero es increíble el parecido en todo el conjunto. Como decía, hay muchísimo diálogo y Anastasia lo detalla todo. Me han parecido muy buenas tanto las descripciones en cuanto a sus estados de ánimo como las de sus relaciones sexuales. El final es abierto y ha quedado muy bien, dando pie a los próximos libros de la trilogía.

Pero en general me ha resultado una pastelada adolescente, sin nada que pueda escandalizar a jóvenes ni adultos. Es, a mi juicio, una novela que ha tenido más éxito por el boca a boca y la novedad erótica que por su contenido en sí. No descarto leer la segunda parte, porque me come la curiosidad del misterio que envuelve a Grey, pero me frena el rechazo que me produce Anastasia y su relación enfermiza.


CINCUENTA SOMBRAS DE GREY
-E. L. James-
Editorial Grijalbo, año 2012
PVP. 17,90€



·Web oficial de Cincuenta sombras de Grey.