Si Jan pensó que iba a solventar aquel cambio en el guión de su vida con una mensualidad generosa, se equivocó de medio a medio. Porque lo que nadie había previsto -y él menos que cualquiera- fue que iba a enamorarse de aquella criatura pringosa salida de las entrañas escuálidas de Chloe.
Durante el resto de su vida, Jan contó a todo el que quiso oírlo que había empezado a amar a aquella niña en el preciso instante en que la vio, chiquita y amoratada, cubierta aun de restos de placenta y gritando como un becerro para anunciar al mundo que ya estaba allí y que había llegado para quedarse.
Victoria decía que, de haberse atrevido, Jan habría agarrado a aquella ranita envuelta en gasas y se la hubiese llevado con él para pasar el resto de su vida escondido de todo aquel que pretendiera separarlo de su pequeño y precioso milagro.
LA VIDA DESPUÉS
-Marta Rivera de la Cruz-
Gracias, me interesaba mucho y suelo buscar algún fragmento al azar al abrir el libro en una librería.
ResponderEliminarMe diste el camino hecho.
Besos
Qué ganas le tengo a este libro después de las maravillas que cuentas de esta autora. Si yo hubiese podido, habría hecho igual que lo que quiso hacer Jan con mis tres peques, agarrarlos y esconderlos conmigo para protegerlos. El sentimiento de madre o de padre, en este caso, es muy muy poderoso. Bss.
ResponderEliminarEiiii! Pues si además de disfrutar copiando fragmentos, os es de utilidad, ¡mejor imposible! A mi me suele ayudar mucho leer fragmentos de libros, y aunque no los busque para hacerme una idea del libro... Me gustan porque sí!
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