Fragmento: Cordero

Ayer por fin llegó el libro que tenía encargado, El mayor Pettigrew se enamora, y decidí empezarlo hoy mismo. Pero casualidades, hoy he estado a punto de perder el tren y a la hora de meter el libro en el bolso, he cogido el ebook y he salido pitando. La idea de andar corriendo de un lado a otro es más llevadera cuando no arrastras un montón de peso en el bolso... Mi subconsciente se ha adelantado.

Tenía por delante un par de horas de lectura, así que he decidido leer Cordero, que hacía mucho que lo tenía fichado. En mi opinión, si algo caracteriza la escritura de Christopher Moore, además de su humor e ironía, es la facilidad con la que se leen sus libros: es una lectura ágil, sin complicaciones, rápida. 

Y al poco de empezar el libro, han empezado las sonrisas y he llegado a un fragmento que me ha hecho reír... Y no he podido resistirme.

-O sea, que eres como el profeta de los tontos.

-No, no, no. -Bartolo recogió a un perrito y gesticuló con él para demostrar sus argumentos. El chucho parecía disfrutar.- La cultura había confundido a la gente. Diógenes enseña que todas las afectaciones de la vida moderna eran falsas, que el hombre debe vivir una vida sencilla, al aire libre, no llevar nada, no crear obras de arte, no componer poesías ni tener religiones...

-Como un perro -dije yo.

-¡Exacto! -Con el perro diminuto en la mano, Bartolo me dedicó una reverencia. El movimiento no pareció gustarle al animal, y el griego lo soltó.

Una vida sin preocupaciones. En aquel momento, aquello me parecía maravilloso. No es que quisiera vivir en la calle ni que los demás me consideraran un loco, como a Bartolomé. Pero una vida de perro no sonaba nada mal. El tonto llevaba muchos años ocultando una profunda sabiduría. 

-Estoy intentando aprender a lamerme los huevos -dijo entonces Barto.

Bueno, tal vez no fuera tan sabio.

CORDERO

-Christopher Moore-