domingo, 20 de noviembre de 2011

TOM, PEQUEÑO TOM, HOMBRECITO TOM

El viernes me acerqué a la biblioteca "para ver qué había", (con toda la intención) sin mucha intención y encontré El silencio de las palabras (de Jean Kwok), que le tenía ganas pero tampoco había buscado mucho porque tengo otros mil por delante. Lo cogí, porque el que había empezado, Y si fuera un ángel (de Keith Donohue) no había terminado de atraparme, y aunque sé que lo voy a leer, ahora no es el momento. 

Cuando ya me iba, me fijé en un librito fino que estaba semiescondido entre dos grandotes, y como me pasa siempre con los libros de Seix Barral, que me entran por los ojos, lo cogí y me enamoré al momento del título y la portada. Leí la sinopsis y el pequeño Tom se vino conmigo.

Resumir Tom, pequeño Tom, hombrecito Tom no tengo claro si es muy fácil o muy difícil. La sinopsis de la contraportada es la siguiente: "Tom tiene once años y Joss, su madre, veinticinco. Joss sale a menudo y Tom se queda solo en la vieja caravana en la que viven. Entonces debe valerse por sí mismo. Para comer, se cuela en los huertos de sus vecinos, donde recoge tomates, zanahorias, patatas... Una noche, buscando un nuevo huerto en el que «hacer la compra», Tom encuentra a Madeleine, una anciana de noventa y tres años, tirada en el suelo entre sus coles, llorando, incapaz de levantarse. Sin duda, Madeleine habría muerto si Tom, el pequeño Tom, no hubiera estado allí... Barbara Constantine cruza los destinos de una serie de personajes a los que la vida no ha dado las mejores cartas y que, gracias al amor y al humor, consiguen encontrar su lugar en el mundo."

En un principio, yo pensé que el libro giraría más en torno a la psicología de los personajes, de cómo Tom crece con la convicción de que él es prácticamente el único responsable de todo lo que les rodea, de cómo Joss fue madre con catorce años sin ningún apoyo y sin un padre para el niño, y de cómo una persona como Madeleine, que se encuentra en el extremo opuesto de la vida para con Tom, le enseña al niño lecciones perdidas. Incluso de cómo ha vivido el padre ausente del niño esos once años para reaparecer en el momento menos pensado.

Pero en realidad es algo más que eso. O algo menos. Porque aunque la novela entra en los sentimientos de cada personaje, se centra más en contar una historia muy concreta, con un desenlace, nudo y desarrollo muy marcados. La historia es Tom, y cómo un niño adopta el papel de padre para una madre que no encuentra su sitio en el mundo y para él mismo; es la historia de Joss, que sabe qué quiere pero no sabe cómo conseguirlo y mientras lo piensa y decide, descuida mucho a su hijo; es Madeleine, que tiene 93 años y se hace llamar así porque lleva tres cuartas partes de su vida llorando como una magdalena; es Samy, que se descarrió y cuando vuelve a encontrar el camino lo hace con difuntos en la parte trasera del coche y con la única conversación de un niño de once años. Es una narración bonita, con lo que se deja entrever que puede ser un final feliz; la historia de una familia vista y vivida por los que la componen y sus circunstancias, sin mucho drama, sin mucha emotividad, con detalles explicados en su justa medida, sin misterios especialmente marcados que le hagan al lector seguir leyendo sólo para saber cómo se solucionan.

Barbara Constantine crea así una novela que engancha al lector de la forma más sutil posible: uno lee porque es lo que tiene que hacer, porque el pequeño Tom se convierte en una auténtica compañía y es posible visualizar todas y cada una de las escenas gracias a la naturalidad pasmosa de la autora y los personajes.

Una obra que no dice nada y lo dice todo, de lectura rápida (219 páginas) y como me gusta a mi: cargadísima de ternura.


TOM, PEQUEÑO TOM, HOMBRECITO TOM
-Barbara Constantine-
Editorial Seix Barral, colección Biblioteca Formentor, AÑO 2011
PVP. 17,50€



Dicen del libro...

"Un universo divertido del que cuesta desprenderse. (...) Con un estilo lleno de poesía, la autora dibuja el mundo de la gente de a pie." - L'Echo.

"Una lectura refrescante. Un concentrado de lo que son nuestras vidas: felicidad, heridas por curar, esperanzas... Una música amable y pegadiza que se tararea y se tararea." - Biblioblog

Y mi favorita:

"Una sutil mezcla de ternura y bondad, en un ambiente rural y risueño, de libertad y de poesía de lo cotidiano. (...) La novela nos llega hasta un mundo poblado de seres que salen adelante gracias a los otros, a sus propias capacidades y a su terca y positiva fe en la vida." - Le Soir

1 comentario:

  1. No lo conocía pero tiene una pinta estupenda, me encantan estas historias cargadas de ternura. Estaré muy atenta a lo que cuentes de El silencio de las palabras porque lo tengo desde hace varios meses en la estantería sin leer aún
    un beso!

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Whoever you are, now I place my hand upon you, that you be my poem...

(Walt Whitman, 1855)