Nunca me ha gustado la poesía, con alguna excepción muy muy puntual, por lo tanto, nunca me he molestado en indagar en la vida de poetas ni sus obras. Había oído hablar mucho de Sylvia Plath, pero no fue hasta que leí sobre las circunstancias de su suicidio cuando me interesé por ella. Busqué información un poco por encima, sin darle mucha importancia, solo por saciar la curiosidad.
Un tiempo después, encontré la foto de un tatuaje que era la frase de un libro de Plath. Me fascinó y buscando a conciencia sobre ella y la obra, supe que era una frase de La campana de cristal, su novela semi-autobiográfica; lo cual fue una sorpresa porque yo creía que sólo había escrito poesía y algún cuento.
La frase del tatuaje se me quedó grabada a fuego y tuve la imperiosa necesidad de leer la novela. Pensé que sería fácil encontrarla, pero al contrario, me costó bastante y de hecho, no lo encontré yo: al final fue un regalo.
La campana de cristal cuenta en primera persona la historia de Esther, una chica joven con sueños de ser escritora que se van viendo truncados a medida que se apodera de ella una depresión. Ambientada más o menos a principios de los años 60, Esther cuenta con una sencillez increíble como va cayendo en el abismo.
La narración es toda en un presente inmediato, desde un viaje que realiza la protagonista a Nueva York hasta su vuelta a su casa en Boston y su vida a partir de ese regreso. El lector es partícipe de todo lo que pasa por la cabeza de la chica y puede ir viendo y sintiendo a la vez que ella como las cosas comienzan a cambiar sin ninguna explicación aparente para sentir el corazón totalmente encogido ante las tentativas de suicidio de Esther.
Es una novela en principio de lectura rápida, pero muy impresionante, sobre todo si se conoce un poco la historia de Plath y se es consciente de cómo fueron sus últimos años. Me ha parecido la mejor descripción de la negrura de una depresión que he leído en la vida. Es fascinante como alguien puede abrir su depresión absoluta de manera que el lector, que tiende a buscar justificaciones y soluciones para todo, no puede sino sufrir con la propia Esther/Sylvia su perdida y sufrimiento.
Tuve que bajar el ritmo de la lectura porque me impresionó mucho lo que iba leyendo, pero no fui capaz de dejar pasar un día sin tocar el libro hasta que lo acabé. Creo que es uno de esos libros que todos deberíamos leer una vez en nuestra vida, porque no tiene desperdicio ni la temática ni el estilo y la calidad narrativa.
A pesar de que mi ejemplar es considerado por lo que he llegado a saber, una de las peores traducciones que existen de la novela original, me quedo con la historia igualmente y considero desde que lo terminé, una de las joyas de mis estanterías.
LA CAMPANA DE CRISTAL
-Sylvia Plath-
Editorial Edhasa, edición año 2008
(formato bolsillo, tapa dura)
PVP. 10€
"Tenía que estar pasándomelo en grande, tenía que estar ilusionada como las otras chicas, pero no conseguía reaccionar. Me sentía quieta y vacía como el ojo de un tornado, moviéndome sin ninguna fuerza."
(...)
"Pensé que la cosa más hermosa del mundo debía de ser la sombra, el millón de formas animadas y callejones sin salida de la sombra. Había sombra en los cajones de los escritorios y en los armarios y en las maletas, y sombras bajo las casas y los árboles y las piedras, y sombra tras los ojos y las sonrisas de la gente, kilómetros y kilómetros de sombra en el lado de la tierra en que era de noche."