Aunque no me quejo de las lecturas que he tenido últimamente, con pocos libros he sentido la conexión que he tenido con este. De hecho, haciendo memoria, el último que se me viene a la cabeza es El mayor Pettigrew se enamora, que leí a finales de enero.
Estas conexiones no puedo explicarlas sólo como un interés por el argumento y el tema a tratar. Es mucho más que eso. Sí, el argumento juega su papel, lógicamente, pero libros de la misma temática hay mil y sin embargo, cuando supe de El mayor Pettigrew se enamora, sólo sentía que quería leerlo, mas pronto que tarde. O más bien, que debía leerlo. Y cuando por fin lo tuve, me costó mucho soltar el libro en los momentos que tocaba hacerlo, pero me metí tanto en las páginas que el mundo dejó de girar y sólo existían sus letras.
Con La luz en casa de los demás me ha pasado exactamente lo mismo. Y tanto por la conexión como porque el libro ha llegado en el momento que más lo necesitaba, desde esta misma línea dejo claro que su puntuación son mis cinco Mafalditas, y que ya es uno de mis favoritos, de esos referentes que nunca olvidas.
María es la administradora del 315 de Grotta Perfetta, un pequeño edificio de Roma. Pero no es una administradora cualquiera, porque esta madre soltera de una niña de seis años, Mandorla, ha sabido ganarse un hueco tanto en el edificio como en el corazón de sus habitantes, y las reuniones están mas cerca de ser una terapia de grupo que una junta vecinal.

Y aquí es donde entra el factor humano, nuestros miedos, nuestras pesadillas y esa mala costumbre que tenemos de preferir no saber a saber lo que puede hacernos daño: por decisión popular se le niega a la pequeña la prueba de ADN, y así todos serán su familia.
De esta forma, y valiéndose de un grupo de personas y familias totalmente diferentes, la autora pone a jaque al modelo familiar con una crítica psicológica que en un principio puede pasar desapercibida pero que es perfectamente palpable.
"La vida puede cambiar de un momento a otro, si sabes reconocer ese momento, piensa Paolo."
Una mujer ya jubilada y soltera, un matrimonio con un recién nacido, una pareja de homosexuales, otra pareja se pasan la vida discutiendo y reconciliándose y una familia clásica compuesta por los padres, hija e hijo son las personas que se escoden tras las cinco puertas en las que Mandorla va a vivir. Sólo la diferencia de personalidades y situaciones ya nos sume en un amplio mapa de posibilidades familiares en las que prácticamente ningún patrón se repite.
La novela, narrada al completo por Mandorla, comienza cuando pierde a su madre y cuenta los años que pasan hasta que cumple los diecisiete, tiempo más que suficiente para que conozcamos muy de cerca tanto a la huérfana como a los cinco clanes. Los miedos, las alegrías, ilusiones y penas de distintas personas tanto familiar como individualmente es lo que hace de este libro algo inmensamente humano y cercano para el lector. Porque no sólo se centra en la vida familiar, sino en las relaciones fuera de ella: Mandorla busca a su padre, va al colegio, tiene miedo, hace o le cuesta hacer amigos, se enamora... Y no sólo ella, sus cinco familias también sufren por amor, por la educación de sus hijos, por la vida que llevan y quisieran llevar...
La conexión con Mandorla niña, adolescente y casi adulta, para mi, es algo inevitable, y también la sensación de estar en casa con cada una de sus familias, viviendo las situaciones con ellos, gracias a la magnífica descripción que recibimos a través de los ojos de la protagonista.
Además de una narración maravillosa, ágil, sencilla y de andar por casa, el final es sorprendente. O tal vez no tanto y soy yo la que aun está emocionada, pero en ningún momento se me hubiese ocurrido ese desenlace. Y lo puedo resumir muy fácil: un arrebato terrible de ternura y una sonrisa incontrolable.
¿Cómo explico que además de la crítica al modelo familiar, esta novela es muchísimo más que eso? Tal vez lo sea sólo para mi. El tipo de novelas que me gustan ha quedado más que claro en este año y medio que llevo con el blog, y mi debilidad hacia todo aquello que hable sobre las relaciones humanas y los sentimientos no es ningún secreto. Tal vez por eso, tal vez por el momento en el que me encuentro, tal vez porque tenía que ser así, Mandorla me ha parecido un campo de flores en medio de la niebla.
Apareció escondido entre las novedades de la biblioteca y sólo de pensar que tengo que devolverlo me produce hasta vértigos. Pero tarde o temprano, el 315 de Grotta Perfetta y Mandorla estarán en mi estantería, para quedarse siempre conmigo.
LA LUZ EN CASA DE LOS DEMÁS
-Chiara Gamberale-
Editorial Seix Barral, año 2012
PVP. 20,00€
"Qué sabrá la gente de cómo te hacía sentir María, que le bastaba mirarte de refilón un momento para darse cuenta de que te pasaba algo, y entonces decía: perdonad, pero antes de hablar de los gastos de basuras, ¿os habéis dado cuenta de que alguno de nosotros la basura la tiene dentro y que a lo mejor necesitaría vaciar el cajón de lo que tiene en la cabeza? Qué sabrá la gente de cómo te hacía sentir cuando te decía: ánimo, acuérdate de que no hay nada absurdo hoy que mañana no te parezca natural haber vivido."