Este libro fue un regalo de cumpleaños que no esperaba. En primer lugar porque con la excusa de "es que tú has leído tanto que no sé qué libro regalarte", uno encuentra el argumento perfecto para no tirar de librería; en segundo lugar porque no es un libro que yo hubiese elegido. Realmente el regalo fueron dos libros, el otro de una autora que no me gusta y lo cambié, y este que movida por la curiosidad, me quedé.
Me parece importante aclarar el origen de los libros porque la voluntad con la que los cogemos para leerlos juega, en mi opinión, un papel importante. Que sea un ejemplar muy esperado o no, su autor, la editorial incluso (puede gustarnos o tenernos decepcionados en cuanto a su fondo) son factores significativos que determinan la forma en la que se encaja la lectura. En este caso debo reconocer que abarqué la tarea con la ilusión de quien cree que han acertado con el regalo.
Madre de leche y miel no es la primera novela de Najat El Hachmi, pero es con la que yo he conocido a esta autora marroquí.
Madre de leche y miel narra en primera persona la historia de una mujer musulmana del Rif, Fátima, que ya adulta, casada y madre, deja atrás a su familia y el pueblo donde ha vivido siempre, y emigra con su hija a Cataluña, donde lucha para tirar adelante. En esta historia se narran las dificultades de esta inmigrante, además del desajuste entre todo lo que ha vivido hasta ahora, y en lo que creía, y este nuevo mundo. También se narra su lucha para tirar adelante y dar un futuro a su hija.
El argumento del libro es bastante acertado. Fátima huye por algún motivo que en principio se desconoce pero que se intuye a través de las narraciones de la protagonista contándoles la historia a sus hermanas. Se trata de una narración que salta de pasado a futuro hasta que los dos puntos se encuentran y donde por fin encontramos la respuesta a todos los interrogantes: por qué Fátima deja atrás un país, una familia y una cultura para llegar a España con su hija pequeña y sin saber una sola palabra del idioma.
¿Qué lleva a una persona a abandonar su mundo de forma tan drástica? A pesar de todo, y sin apenas ayuda, la mujer y la niña llegan a la península y se las arreglan para salir adelante. Con la ignorancia y el valor propio de los niños, la pequeña rápidamente se adapta a las costumbres y la lengua local (la española y la catalana, ya que la tierra elegida es Cataluña) y se convierte no solo en la traductora de su madre, sino en la tabla que la mantiene a salvo en un mundo que Fátima, como musulmana, no entiende.
La novela pone en jaque las diferencias culturales de dos países tan distintos como Marruecos y España. Partiendo de la pobre educación que reciben las mujeres, la cultura machista, la escasa formación, la subordinación ante el varón y el convencimiento de que ellas están aquí para servir primero al padre y después al marido, la novela gira en el cambio que supone todo eso y mucho más al cruzar la frontera.
No solo eso, sino que la autora consigue de forma enternecedora en contadas ocasiones, triste en otras y dramática en su mayoría hacernos conocedores de lo que supone ser mujer en un entorno rural musulmán como el de Fátima. Contrasta ese mundo con la cultura española y sin embargo sigue teniendo un nexo común: la capacidad de la mujer y la niña -en definitiva, del ser humano- para hacer frente al cambio y a la adversidad en un entorno desconocido y hostil.
La inmigración como eje rotatorio de la novela no deja indiferente al lector. En mi caso me costó mucho empatizar con Fátima y no fue en pocas ocasiones en las que me amenizó la lectura el hecho de que su hija se fuese haciendo mayor y el libro tratase más sobre su inclusión positiva, ya que la narración de la madre una vez que están en España, me resulta especialmente agónica y angustiosa.
Soy consciente de lo aterrador del cambio y del miedo que debe dar abandonar un país y empezar de cero en un lugar del que todo se desconoce. Pero en el libro hay un espacio de varios años en los que transcurre la aventura española de Fátima y ni una sola página está exenta de angustia, miedo y cierta paranoia que me ha hecho muy pesada la lectura.
Lo recomiendo para amantes de la cultura musulmana, curiosos de la vida marroquí e interesados en temas como la inmigración. En ese sentido, la autora deja un rico testimonio que le da valor divulgativo al libro. Pero en lo que respecta a lo novelesco, me ha resultado tan pesado de leer que solo quería acabar la lectura para dejar de sentir la angustia agotadora de Fátima en cada página.
¿Qué lleva a una persona a abandonar su mundo de forma tan drástica? A pesar de todo, y sin apenas ayuda, la mujer y la niña llegan a la península y se las arreglan para salir adelante. Con la ignorancia y el valor propio de los niños, la pequeña rápidamente se adapta a las costumbres y la lengua local (la española y la catalana, ya que la tierra elegida es Cataluña) y se convierte no solo en la traductora de su madre, sino en la tabla que la mantiene a salvo en un mundo que Fátima, como musulmana, no entiende.
La novela pone en jaque las diferencias culturales de dos países tan distintos como Marruecos y España. Partiendo de la pobre educación que reciben las mujeres, la cultura machista, la escasa formación, la subordinación ante el varón y el convencimiento de que ellas están aquí para servir primero al padre y después al marido, la novela gira en el cambio que supone todo eso y mucho más al cruzar la frontera.
No solo eso, sino que la autora consigue de forma enternecedora en contadas ocasiones, triste en otras y dramática en su mayoría hacernos conocedores de lo que supone ser mujer en un entorno rural musulmán como el de Fátima. Contrasta ese mundo con la cultura española y sin embargo sigue teniendo un nexo común: la capacidad de la mujer y la niña -en definitiva, del ser humano- para hacer frente al cambio y a la adversidad en un entorno desconocido y hostil.
La inmigración como eje rotatorio de la novela no deja indiferente al lector. En mi caso me costó mucho empatizar con Fátima y no fue en pocas ocasiones en las que me amenizó la lectura el hecho de que su hija se fuese haciendo mayor y el libro tratase más sobre su inclusión positiva, ya que la narración de la madre una vez que están en España, me resulta especialmente agónica y angustiosa.
Soy consciente de lo aterrador del cambio y del miedo que debe dar abandonar un país y empezar de cero en un lugar del que todo se desconoce. Pero en el libro hay un espacio de varios años en los que transcurre la aventura española de Fátima y ni una sola página está exenta de angustia, miedo y cierta paranoia que me ha hecho muy pesada la lectura.
Lo recomiendo para amantes de la cultura musulmana, curiosos de la vida marroquí e interesados en temas como la inmigración. En ese sentido, la autora deja un rico testimonio que le da valor divulgativo al libro. Pero en lo que respecta a lo novelesco, me ha resultado tan pesado de leer que solo quería acabar la lectura para dejar de sentir la angustia agotadora de Fátima en cada página.
Madre de leche y miel
-Najat El Hacmi-
Destino (Colección Áncora y Delfín), año 2018
ISBN: 9788423353378
PVP: 20,50€